lunes, 8 de diciembre de 2008

Bruce Lee El Dragon inmortal


Nació en el año del Dragón, y en la hora del Dragón, entre las 6 y las 8 de la mañana, en el Hospital Jackson Street de San Francisco, el día 27 de noviembre de 1940. Su padre, Li Hoi Chuen estaba de gira con una obra de la Ópera China Cantonesa en el continente americano, de ahí que Bruce naciera en San Francisco.

Durante su niñez, o más bien su adolescencia, Bruce fue un pandillero, se dedicaba a pelearse con otras pandillas, llevaban armas, cadenas, pero un día se preguntó qué pasaría si no tuviera el apoyo de la banda y se metiera en una pelea, entonces decidió aprender Wing Chun, un estilo de Kung Fu. Su primer contacto con las artes marciales fue de la mano de su propio padre Li Hoi Chuen, que le enseñó Tai Chi Chuan, con el único fin de apartarle del camino de la violencia.

Bruce anotaba en su agenda los entrenamientos de cada día para comparar resultados y mejorar continuamente. Entrenaba diariamente unas 8 horas, sus actividades eran: ejercicios de calistenia, correr diariamente unos 16 Km o la perfección de un determinado golpe o técnica. Quería ser siempre más fuerte y elástico, tenía una talla de 1.67 m.

En un momento crucial de su vida, se lesionó seriamente la espalda, un hueso sacro, por lo que tuvo que someterse a un tedioso proceso de rehabilitación y a permanecer inactivo mucho tiempo, alrededor de seis meses, que dedicó a estudiar y a componer notas que se editarán luego de su muerte como "El Tao del Jeet Kune Do". Aunque por alguna razón, a pesar de luego tener los medios para ello, en vida él nunca las publicó. Y aunque el médico le dijo que tal vez no volvería a caminar, no sólo volvió a caminar, sino que sus patadas volvieron a ser las de antes y continuó con su arduo entrenamiento en busca de la perfección en el arte del combate.

El duro entrenamiento le permitió realizar sin trucos, proezas físicas proverbiales e increíbles, entre las cuales destacan: hacer un gran número de flexiones sobre dos dedos de su mano, derribar a luchadores que le doblaban en peso con su patada lateral, desarrollar una potencia de golpe a muy corta distancia (el golpe de puño de una pulgada), realizar una ágil e impecable patada voladora, una tremenda velocidad instantánea de golpes de puño debido a la cual sus sparring simplemente no veían el golpe que les derribaba, además de una destreza en armas tales como el nunchaku, el Bo (palo largo) y la técnica filipina de dos palos, Kali. Según él decía:
“Yo no represento un estilo sino todos los estilos. Ustedes no saben lo que yo estoy a punto de hacer, pero yo tampoco lo sé. Mi movimiento es el resultado del vuestro y mi técnica es el resultado de vuestra técnica”.

Lee adoptó además algunos esquemas de la esgrima, la lucha grecoromana y el boxeo en su estilo, aunque él no lo quería encasillar y llamarlo estilo, sino que decía que no existía ni tenía por qué existir un estilo predefinido para pelear. La perfección por la técnica y el equilibrio, la solvencia y rapidez de sus fintas, su admirable desarrollo físico y dominio corporal no ha tenido rivales que lo superen desde 1960 en su desempeño estético hasta hoy. Su imagen, carisma e influencia en las artes marciales lo han transformado en un clásico. En vida tuvo a grandes estrellas del cine como sus seguidores y también alumnos suyos durante su estancia en Estados Unidos, entre ellos: James Coburn, Steve McQueen, Danny Innosanto, quienes fueron además sus amigos.

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